Deepfake y la protección de datos
En los últimos días empezamos a tener consultas sobre un nuevo fenómeno tecnológico conocido como deepfake en que a través de técnicas de Inteligencia Artificial, se alteran vídeos para simular que las personas que aparecen son diferentes de las que originariamente salían o en que se ponen palabras en vídeos de personas que estos no han pronunciado. A medida que la tecnología se desarrolla, resulta cada cuanto más complicado adivinar si nos encontramos ante un vídeo real o no.
Huelga decir que esta tecnología puede suponer un riesgo más al ya intrínseco de divulgar imágenes propias por internet ya que cualquiera, nos podría hacer decir cosas que no hemos dicho nunca o simplemente coger nuestra imagen por «incrustarla» en situaciones grabadas que nunca hemos vivido en realidad.
¿Qué hacer para protegerse del fenómeno Deepfake?
Como siempre, debe recordarse que tener fotografías o vídeos colgados en Internet, accesibles para todo el mundo, es de por sí, un riesgo y este se multiplica por el hecho de que es casi imposible saber si un tercero está haciendo un uso de los mismos. Estamos lejos de soluciones reales para saber qué uso se hace de nuestra imagen, pero una opción en un futuro más o menos próximo, es que podamos trackear el uso que se hace de nuestras imágenes en internet, más allá del clásico tag (¿quizás tecnologías de blockchain?).
Hasta que esto no llega, hay algunas soluciones si detectamos vídeos o imágenes «nuestras» en situaciones comprometidas que nunca hemos vivido (o incluso si las hemos vivido y nuestra intimidad está en riesgo).
- Denuncia el vídeo o imagen a través de los canales internos de la red social o lugar, donde esté publicado.
- La Agencia Española de Protección de Datos dispone, desde hace un tiempo, de un canal prioritario para reportar vídeos o imágenes de contenido sexual o violento.
- Si el vídeo o imagen atenta contra tu honor o intimidad, recuerda que esto puede ser un delito, por lo que siempre puedes acudir a presentar una denuncia ante la Policía.
El deepfake, pues, otro reto y riesgo para nuestra privacidad e intimidad; estaremos atentos.
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