Problemas legales: contratos de software
La constante evolución de las tecnologías de la información, así como la mayor actividad de pequeños y medianos emprendedores que, sin conocimientos técnicos, basan su proyecto en entornos TIC, hace que últimamente en el despacho, nos hayamos encontrado con un aumento de los conflictos relacionados con contratos de software o similares (Apps).
Lo que suele empezar en una situación de buen ambiente y ganas de avanzar por las dos partes, si las cosas se tuerce, puede acabar en visita al abogado (requerimientos, burofax, demandas, etc…). El modelo siempre suele ser el mismo: el cliente considera que el proveedor no ha cumplido sus obligaciones (calidad del desarrollo o del trabajo, plazos) y el proveedor suele defenderse argumentando que el cliente no ha cumplido con su parte (entrega de materiales, pagos…).
¿Y cuándo se llega al abogado qué? En el mejor de los casos nos encontramos con un presupuesto, no un contrato de software, sujeto a unas cláusulas tipo, no negociadas y que dejan muy en el aire, las obligaciones de las partes, lo que implica el inicio de un buceo en correos electrónicos entre cliente y proveedor para tratar de esclarecer la película que ha llevado a esta situación. La falta de firma de los contratos de software hace muy complicado empezar a tirar del hilo.
Ante esta situación, van unos consejos tanto para clientes como proveedores:
Regla de oro: firmar un contrato de software, te puede hacer ahorrar mucho dinero en el futuro.
¿Qué deben contener los contratos de software?
- Dejad muy claro las fases de desarrollo del proyecto. Qué hitos cumplen cada fase y sobre todo, y esto especialmente, cómo se considera formalmente aceptada y cumplida una fase. Suele pasar que mientras el desarrollador da por concluida una fase por actos o emails informales del cliente, dicho desarrollador sigue con su trabajo y cuando el cliente se “despierta” y pide modificaciones sobre una fase cerrada para el desarrollador, esto supone un importante obstáculo al proyecto.
- Definid plazos y formas de pago. El contrato de software debe definir cuándo deben emitirse las facturas (normalmente coinciden con el cumplimiento de hitos).
- ¿Qué pasa con la propiedad intelectual? Negociad y definid quién es titular de los derechos de explotación sobre el software o app. Si eres proveedor asegúrate que el cliente responde de la titularidad de los materiales que aporta (fotos, textos, logos) y si eres cliente asegúrate que el desarrollador tiene los derechos sobre lo que desarrolla. Definid quién es el titular del código fuente y recordad que en materia de propiedad intelectual cualquier cesión de derechos, debe ser expresa.
- ¿Y si todo va mal? Si eres cliente (aunque seas empresa) y vas a hacer un uso particular del software, siempre puedes demandar en tu domicilio (cualquier cláusula contraria en el contrato de software, es nula) y si eres empresario y vas a comercializar con el software, deberás demandar al desarrollador en su domicilio (esto es negociable en el contrato).
Los contratos de software a tiempo, cuando la relación entre cliente y desarrollador es fluida pueden, por tanto, ahorrar un montón de dinero.
Si tenéis dudas sobre este o cualquier otro tema, ¡no dudéis en contactarnos!